La fructosa es el carbohidrato de las frutas… Porque si, las frutas también tienen carbohidratos.

Existe mucha variedad de carbohidratos y estos se encuentran distribuidos en la naturaleza en diferentes formas, sin embargo, en nuestro cuerpo las cosas funcionan un poco diferente.

La glucosa es la principal fuente de energía de las células del cuerpo humano. Cuando se ingiere una gran cantidad de glucosa esta se distribuye por todo el organismo para ser metabolizada, incluso el corazón, los pulmones, el cerebro y los riñones ayudan al hígado en este proceso, aligerando su trabajo.

Por lo cual, aproximadamente un 80% de la glucosa que ingerimos es metabolizada por otro órganos que no sea el hígado. Pero la historia con la fructosa es muy diferente.

El metabolismo de la fructosa es NETAMENTE hepático, lo que quiere decir que el 100% de lo que ingerimos de fructosa es 100% metabolizado en el hígado.

De esta manera, el hígado trabajará sin descanso para degradar la fructosa en un compuesto que si pueda ser utilizado por las demás células del cuerpo.

Por lo tanto, el metabolismo de la fructosa es un poco más lento que el de la glucosa y por consiguiente, aumenta sus niveles en sangre rápidamente.

Esto ocasiona que se concentre mayor cantidad de fructosa en el hígado que en cualquier otra parte del cuerpo y, además, aumenta los niveles de insulina, en especial en el hígado.

Imagina esto:

Si consumes 100 gramos de glucosa, esta se va a metabolizar en 170 puntos de tu cuerpo.

Por otro lado,si consumes igualmente 100 gramos de fructosa, esta se va a metabolizar en solo 5 puntos del hígado. Mientras más fructosa ingieres, más metabolizas.

El hígado metaboliza la fructosa para que pueda ser utilizada por las demás células del organismo.

El producto final del metabolismo de la fructosa puede ser: glucosa, lactosa y glucógeno, este último se almacena en los adipositos en forma de grasa.

Pero cuando el almacén de glucógeno está lleno, la fructosa en exceso es almacenada en la grasa hepática por medio de lipogénesis (formación de nueva grasa).

Al final, todo se traduce en Hígado Graso…

Además, el hígado graso es un factor importante en el padecimiento de la resistencia a la insulina. Es decir, que las células del cuerpo son resistente a los efectos habituales de la insulina en niveles normales.

La insulina favorece la reducción de los niveles de glucosa en sangre porque promueve la introducción de la misma en las células para su almacenamiento.

En conclusión, la resistencia a la insulina provoca hiperglicemia (niveles elevados de glucosa en sangre), que a su vez genera hiperinsulinismo (niveles por encima de lo normal de insulina en sangre).

Y cómo resultado final, todo esto se cataloga médicamente como “Diabetes tipo 2”.

Un estudio realizado en el año 2009, donde se dio de comer a individuos saludables el 25% de las calorías diarias con glucosa o fructosa.

Los resultados fueron que aquellos que fueron alimentados con fructosa desarrollaron en a penas 6 días después resistencia a la insulina, mientras que los que consumieron glucosa no tuvieron cambios significativos.

Por lo tanto, se considera que la fructosa tiene una alta toxicidad para el humano por varias razones:

1. Por su metabolismo netamente hepático.

El cual produce lipogénesis que se va a almacenar directamente en el hígado.

2. La fructosa se metaboliza sin límites

Es decir, que todo lo que se consume se metaboliza, y el exceso se convierte en hígado graso.

3. No existe una vía alternativa para almacenar la fructosa

El exceso de glucosa se almacena fácil y seguramente en forma de glucógeno. Cuando es necesario, se degrada el glucógeno nuevamente en glucosa para ser utilizada por las células.

Pero no esto no sucede con la fructosa debido a que ella se metaboliza en grasa que no puede ser utilizada con facilidad.

Si bien es cierto que la fructosa es un azúcar natural, no hay que olvidar las bases de la toxicología que dice que el veneno lo hace la dosis y no el compuesto en sí.

Con esto no quiero decir que vas a eliminar al 100% la ingesta de fructosa, pero si debes regular en consumo de la misma.

En ocasiones no hace daño lo que comes, sino la cantidad que comes

Sin embargo, existen otros compuestos donde sin importar la cantidad deberías de evitar. Nosotras los llamamos «8 abominables»

¿Disminuir el consumo de frutas te ayudará a bajar de peso?

Recuerda que todo esto es un complemento, no existe una dieta donde para bajar de peso solo tengas que comer una sola cosa y ya (al menos no una dieta efectiva y saludable).

Por lo tanto, el disminuir el consumo de fructosa te ayudará en tu meta fitness, pero habrán muchas otras cosas que tendrás que hacer para lograr resultados favorables.

Es importante que siempre tengas en mente que más que verte bien, lo importante es estar saludable. Con la disminución del consumo de fructosa prevendrás el padecimiento de hígado graso, la resistencia a la insulina y la Diabetes tipo 2.

Con esto no solo logras verte bien, sino mejorar tu calidad de vida y la longevidad de la misma.

No te olvides de mover tu cuerpo

Ningún hábito alimenticio saludable está completo si no lo complementas con entrenamiento físico. No es necesario que te conviertas en un esclavo del gimnasio, pero si que muevas tu cuerpo de vez en cuando.

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