Anteriormente, era común pensar que las dietas de eliminación sólo consistían en simplemente retirar el estímulo (alimento) que ocasiona la intolerancia o la respuesta inmunitaria específica y, como consecuencia, producía diversos malestares y síntomas en la persona.

Pero a medida que los profesionales se hacen más conscientes del rol que tiene el bienestar psicosocial del paciente a medida que maneja alteraciones a nivel digestivo e inmunológico, reconocemos que las dietas de eliminación requieren un compromiso emocional e incluso espiritual en el paciente.

El estar acostumbrados a comer de acuerdo a nuestros deseos emocionales, creencias o simplemente a la disponibilidad de productos en el mercado, sin restricciones sensatas en cuanto a los ingredientes o tiempos de ingesta hace que, inicialmente pueda haber un rechazo frente a la propuesta de eliminación del profesional al paciente.

Entre los desafíos reportados más comunes, encontramos la angustia por no saber qué elegir al no estar familiarizado con la lista de alimentos permitidos en una dieta de eliminación, el no tener la destreza necesaria para preparar alimentos con la lista que se cuenta, y la limitación en las opciones fuera de casa.

El problema de la mayoría de personas que se ofuscan demasiado durante la restricción es su visión miope del estado en el que están. Si no se tiene claro el camino a la cumbre, y la satisfacción de poder alcanzarla y de contemplar la victoria desde la cima, resultará indiscutiblemente difícil contar con la disposición de tan siquiera escalar la montaña.

A continuación, discutiremos algunas de las posturas que asumen quienes alcanzan a cumplir sus objetivos de sanación después de terminada una dieta de eliminación.

1. Tienen una noción clara del porqué de la etapa de eliminación

Los alimentos que se restringen durante la etapa inicial de estas dietas son aquellos registrados, con más frecuencia, como desencadenantes de una alergia alimentaria, y/o aquellos a los que el usuario responde negativamente con síntomas de intolerancia.

El apego emocional de las personas hacia estos alimentos es, en muchas ocasiones tan fuerte, que lleva a frustraciones. La táctica más efectiva para inhibir esta frustración radica en el conocimiento. Aprender el porqué de lo que se hace, por cuánto tiempo y lo que conlleva a largo plazo, es lo que hace que la duda momentánea no se arrastre durante todas las semanas de la eliminación.

Si aún no es claro el sentido de la eliminación de todos o alguno de los alimentos, la mejor opción en estos casos es consultar con un especialista y despejar estas inquietudes. 

APUNTE DEL MÉDICO MAURICIO ARANGO:
La cirugía bariátrica, a pesar de ser efectiva para la pérdida de peso, no ha mostrado poder modificar las conductas que llevan al paciente a una pérdida y mantenimiento de peso en el tiempo. R

De ahí que sea común, en algunos círculos de profesionales, hacer referencia a la imposibilidad de intervenir quirúrgicamente en la mente del paciente operado para cambiar sus hábitos que le llevaron a recurrir a la cirugía bariátrica en principio.Y es que precisamente, en este respecto, el profesor de psiquiatría Colinger, del Washington School of Medicine, habla de «conciencia ternaria» (término que él mismo acuñó) para referirse a la apreciación de los componentes físicos, mentales y espirituales de los seres humanos. R 

Es esta conciencia la que puede tener grandes implicaciones en la conducta de una persona y su tendencia a actos autodestructivos. Aún más, en el estudio de Alexander Moreira-Almeida, investigador del Research Center in Spirituality and Health (NUPES), School of Medicine, Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF), Juiz de Fora, Brazil, se demostró cualitativamente la posible asociación entre un crecimiento espiritual y religioso, y la mejoría en la salud mental en general, incluso en estados de difícil manejo como la esquizofrenia. R 

Esto nos invita a pensar en el proceso de toma de decisiones en pro de un beneficio sanador o restaurador de salud (como el abandono voluntario de una adicción), como un proceso que comienza en el interior de la persona. Un proceso en el que puede no solamente influir la autocorrección por repetición, sino por causa de la transformación a raíz de una conciencia superior: Una identidad en el ámbito espiritual que se relaciona con un “saber inherente” que se hace más prevalente y nos guía en las decisiones correctas dada la transformación. R

Esta “transformación” difiere del permanente querer motivacional, el cual es dependiente del estímulo exterior: a través de un profesional de la salud, coach de vida, líder social, ídolo influencer, entre otros.

Si estudiamos un poco las quejas de los pacientes con algún tipo de adicción y/o trastorno de la conducta son casi siempre las mismas. Entre ellas están la falta de autocontrol, la incomodidad con el tratamiento (pidiendo frecuentemente ajustes en las indicaciones), el deseo de mayor información relacionada con el tratamiento, la incertidumbre respecto al autocuidado, la pobre autopercepción, la fobia social, y el aislamiento, entre otras. R

Estas características tienen un patrón de carencia de este “saber inherente” del que hablamos. Y la mayoría de las veces, la continua búsqueda de este saber en recursos externos, sólo conduce a la perpetuación de la conducta autodestructiva.

Es aquí donde tener la noción clara del porqué de cualquier etapa de eliminación, enraizada en la conciencia del autocuidado, con bases intelectuales, emocionales y espirituales, puede marcar el éxito en aquellos que tienen ese “saber inherente”, del que carecen los que se frustran en el proceso.

NOTA AL PROFESIONAL: Las dietas de eliminación han de ser vistas como un proceso en el que se debe tener la disposición del paciente al 100% para que no recurra al abandono y en consecuencia, el agravamiento de los síntomas. Un paciente que siga apegado a los alimentos desencadenantes es un paciente que aún no conoce el objetivo de la terapia nutricional en curso.

Como hemos dicho anteriormente, es importante dejarle claro al paciente que el proceso requiere una transformación mental en la que cese de ver el camino como una carrera de ‘sprints’, y empiece a verlo como un proceso de sanación integral para la vida. 

2. Planean sus comidas con anticipación y no le dejan al destino decidir por ellas

En un mundo donde la abundancia de opciones anti-naturales es la norma (barras, salsas, panadería, empaquetados, ‘carnes’ veganas, etc), es común que nuestras probabilidades de cumplir una etapa de eliminación a cabalidad en la calle sean mínimas.

A no ser que se planeen las comidas con antelación. Si se tiene la convicción de hacer el proceso con la meta siempre en mente, entonces la motivación por la planificación en sí será algo sencillo.

Basta una búsqueda en Google para notar que personas admirables se mantienen consistentes en sus metas de salud incluso en temporada de eventos y festividades a través de los años. ¿Qué tienen ellos de especial? No se trata de un profesional que hace las veces de policía, sino de una convicción innata por mantenerse sano, que rompe cualquier deseo pasajero de “probar” X o Y cosa fuera del plan.

NOTA AL PROFESIONAL: Brindarle al paciente un aproximado de 5 a 6 opciones de lo que comprendería un plato en su etapa de eliminación, recetas y técnicas de cocción puede ayudarle a visualizar la manera correcta de manejar esta fase. Así, el paciente se sentirá a gusto de escoger sus alimentos a medida que los resultados que obtiene le van guiando en su propio proceso curativo. 

3. Su postura es la de INCLUSIÓN y no de exclusión

Cualquiera que diga que “dejar el pan es imposible” está tristemente siendo víctima de un sistema en el que sólo pocos (las industrias BigFood) se están beneficiando. El pan, así como muchos de los elementos a abandonar en una etapa de eliminación NO SON ALIMENTOS.

Aun así, alimentos, como el tomate, los huevos y la berenjena se excluyen en ciertas dietas de eliminación con el fin de aminorar los procesos desencadenantes de la respuesta inmune del afectado.

Si en lugar de ver la dieta como un proceso de carencia, se recurre a nuevas recetas con los alimentos permitidos y se prueban alimentos poco experimentados, como las vísceras, por ejemplo, el proceso, a menudo resulta análogo a una exploración por lugares nunca antes visitados.

Expresiones como: “yo odiaba el hígado, pero lo cociné en aceite y le puse cilantro fresco encima, y ¡Wow!, ahora lo como una vez por semana” son comunes en personas que pasaron de comer sándwich y papas fritas a diario. Ellos, con la postura adecuada, fueron conscientes de la variedad de alimentos que se estaban limitando a probar antes.

NOTA AL PROFESIONAL: A veces, enseñar al paciente la finalidad de la dieta de eliminación no es suficiente para garantizar su éxito. Es recomendable estimular al paciente a ver el proceso como un compromiso con su salud, en el que va a aliviar los síntomas y a actuar más en unísono con su biología. Es buena idea enseñar al paciente que la eliminación puede ser vista más bien como una sustitución de aquellos alimentos en observación o ‘cuarentena’ por otros que la persona no veía ni la mínima posibilidad de incluir.

4. No perpetúan la dieta más allá del tiempo establecido

Un error que usualmente se ve es la adaptación de la dieta de eliminación como un estilo de vida, ignorando que este no es el fin por el cual fue establecida.

Muchas dietas de eliminación como la dieta low FODMAPs, por ejemplo, restringe ciertos carbohidratos que tienen efecto prebiótico. El consumo de estos alimentos ricos en FODMAPs, dada la condición del individuo, podrían resultar beneficiosos en una etapa posterior a la eliminación.

NOTA AL PROFESIONAL: En nuestra experiencia, pocos son los individuos que prolongan la etapa de eliminación más allá del período recomendado. Quienes tienden a ello son aquellos que encuentran en la etapa de eliminación una forma rápida de perder peso y quieren seguirlo perdiendo, o aquellos que hallan la reducida lista de alimentos ‘permitidos’ conveniente.

Mujeres profesionales, o estudiantes con mucho trabajo y con familia están dentro de las poblaciones más propensas a depender de la etapa de eliminación, ya que encuentran que comer todos los días lo mismo, con la más mínima variedad les ahorra tiempo.

5. No se saltan la fase de reintroducción 

Posterior a la culminación de la etapa de eliminación viene la reintroducción. Esta es la fase en la cual se comienzan a reintegrar los alimentos progresivamente a la dieta habitual, con el fin de ayudarle a conocer las sensibilidades alimentarias que tiene la persona.

Si se ha llevado el proceso a cabalidad y al integrar un alimento nuevamente a la dieta, este provoca síntomas, este puede ser un llamado a que posiblemente el alimento sea la causa.

El reintroducir todos los alimentos al mismo tiempo, es un error común, y niega el objetivo de esta etapa, ya que puede llevar a reacciones cruzadas por parte de alimentos que, en aislamiento podrían ser inofensivos.

También la introducción arbitraria hace muy difícil identificar el detonador, y por ello se recomienda mantener control absoluto de lo que se consume durante esta fase. Por ejemplo, una persona en proceso de introducir las legumbres como el garbanzo, puede recurrir a un hummus en un restaurante, ignorando que este puede contener maní, ajo y otros ingredientes que deberían aún ser excluídos para no interferir con la reacción que pueda elicitar el garbanzo aislado.

NOTA AL PROFESIONAL: Es de importancia no sólo indicar los grupos de alimentos a reintroducir de manera escalonada o progresiva. También es imperante advertir que los alimentos compuestos de muchos ingredientes fácilmente impedirán el poder experimentar cómo reacciona el cuerpo, y no se logrará el objetivo de identificar la raíz del problema.

El registro de las comidas, fecha, hora, síntomas, cambios psicológicos y físicos que reporta el paciente en esta etapa será importante para poder evaluar los pasos a seguir.

6. No hacen que la dieta de eliminación sea todo en lo que ocupan su mente

A menudo aquellos que reportan síntomas psicológicos que pueden ir desde ansiedad hasta depresión, como resultado de la etapa de eliminación, también son los individuos que tornan la dieta en un canal para privarse de todo lo demás.

El ver el alimento como fuente solo de placer y no también desde su funcionalidad nutritiva es un error que tiene un número considerable de repercusiones, como por ejemplo, estrés, hiperactividad, ira, cambios de humor, insomnio, aislamiento social, falta de motivación por hobbies, desinterés por las actividades diarias, falta de entusiasmo y ataques de pánico, por mencionar algunos.

Aquellos individuos con estos cuadros compulsivos o depresivos son generalmente carentes de destrezas de autorregulación y se benefician de reclutar otros aspectos de su vida que van más allá de la alimentación. La introspección y en el encuentro con la espiritualidad verdadera (hay muchos pseudo tipos de espiritualidad) juegan un papel muy importante en este aspecto.

Las personas más atentas a desarrollar habilidades en su dimensión espiritual generalmente fomentan el cultivo de la «mente sabia», la cual conduce al fortalecimiento de su capacidad para mejorar y mantener el autocontrol y tener destrezas de autorregulación general. R

NOTA AL PROFESIONAL: Es importante transmitir la información correcta y darle a conocer a las personas que el alimento es una herramienta de sanación, pero no es la fuente del placer, y nunca lo será.

Si al déficit de salud que posee el paciente le agregamos el extra de ansiedad y depresión, los problemas digestivos se agravarán de manera considerable, ya que, actúan diversas hormonas como el cortisol que pueden exacerbar el estrés y eso repercute en la sensación de malestar a nivel digestivo.

Una herramienta que le funciona de manera muy efectiva a nuestro equipo interdisciplinario (nutricionistas y médicos) es el trabajo cognitivo-conductual con el paciente, guiado por profesionales doctos en la materia.

El apoyo emocional que le provee nuestro equipo a cada usuario en esta etapa siempre es consolador y da ánimos de seguir adelante con el proceso, sin embargo, este elemento funciona en sinergia con todos los puntos discutidos anteriormente, por lo que el compromiso y disposición del paciente SIEMPRE SERÁN EL PILAR SOBRE EL CUAL SE CONCLUYE EL PROCESO CON LOS MEJORES RESULTADOS.

Empieza tu camino reparador, mediante la alimentación original para el ser humano, la alimentación Low Carb.

Llena la encuesta a continuación y recibe la guianza de nuestro equipo interdisciplinario.

powered by Typeform